8 DE MARZO: DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA.
Entendemos el 8 de marzo, no solo como un homenaje sino como la continuación de una lucha, la lucha conjunta contra la retroalimentación del sistema patriarcal y capitalista, cómplices en la perpetuación de este sistema que vemos como en Castilla es triplemente opresivo desde los puntos de vista de género, de clase y nacional.
Hoy más que nunca, 8 de marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora, queremos resaltar el carácter de clase de este día remitiéndonos a acontecimientos recientes como la reforma laboral impuesta. Sin duda vemos y señalamos que en el contexto de crisis actual el capitalismo aprovecha la situación para reorganizar y aprovecharse de los/las trabajadores y trabajadoras. Vulnerando derechos conquistados durante décadas.
Asimismo vemos necesaria la reflexión desde la perspectiva de género, cuál es la forma en que los nuevos acontecimientos afectan a la mujer. Una vez más las medidas no afectan de la misma forma a todos, sino que recaen con mayor fuerza en los estratos sociales más bajos y las mujeres.
Señalamos que la crisis y las medidas adoptadas no harán más que agudizar las diferencias sociales y la precarización laboral, doblemente en el caso de la mujer, siendo éstas quienes en mayor medida sufren y verán aún más agravadas la situación de paro y temporalidad, además de la discriminación salarial notable respecto a los varones.
Se nos ha dicho que la reforma laboral introducirá cambios que aportarán “mayor flexibilidad" a las empresas para ajustarse a las condiciones del mercado y que con ello ayudará a crear empleo. ¿Pero de qué tipo de empleo estamos hablando o cómo afectará a las mujeres? Para responder es inevitable preguntarnos sobre las condiciones del mercado, sobre su lógica. Si partimos de un análisis general, está claro que el mercado laboral sigue una lógica basada en la eficiencia económica y que en base a sus intereses le será más rentable seguir demandando un tipo de trabajador masculinizado, trabajador posibilitado por el sistema patriarcal, “hombre tradicional con esposa tradicional que ha de asumir o sobre la que recae el cuidado de la institución familiar”. Se podría intuir que la lógica de mercado, que tanto marcará nuestras condiciones laborales, sustenta y se vale de la división sexual del trabajo o la invisibilización del trabajo doméstico y de cuidados, puesto que se aprovecha de un tipo de trabajo no remunerado, feminizado. En el contexto de crisis actual esta carga se agudizará sobre las mujeres con medidas como los recortes en servicios sociales y privatizaciones.
Ahondando en el análisis y prestando más atención a la reforma laboral, hemos de atender con mucha atención al efecto perverso de “la otra flexibilidad”, la flexibilidad laboral también llamada parcialidad o temporalidad, puesto que afecta de forma muy particular a la mujer. Es un hecho constatable que los contratos a tiempo parcial están feminizados, influidos por la lógica patriarcal y de mercado; si las mujeres se ven obligadas a “flexibilizar o conciliar” y ellos no, serán ellos trabajadores económicamente más eficientes y por tanto más contratados.
Si el trabajo parcial está feminizado y se provoca una precarización aún mayor de estos empleos la medida recaerá doblemente en las mujeres. Se perpetúa por tanto la precarización del empleo parcial, mayoritariamente femenino, la doble jornada laboral de la mujer, las diferencias salariales o el control del cuerpo de la mujer mediante reprimendas empresarial ante la natalidad entre otras cuestiones.
Frente a estos y otros muchos ataques sabemos que el 8 de marzo es un día de lucha feminista contra el sistema capitalista y patriarcal.
¡TRIPLEMENTE OPRIMIDAS, HOY MÁS QUE NUNCA LA RESPUESTA ES MORADA!
¡Por la construcción de Castilla desde la reflexión y crítica de esquemas perpetuadotes de desigualdades!
Yesca, la juventud castellana y revolucionaria
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